Si el hombre está en control total de su futuro, entonces debería de estar al menos en control de su propio cuerpo. Por el contrario, él se haya sujeto al bostezo involuntario, el estornudo, la respiración, el tragar, el dormir, el salivar, el soñar, el parpadear, y el pensar. El hombre ni siquiera puede controlar el crecimiento del pelo y de las uñas. Él hace todas estas cosas de forma automática, fuera de su voluntad. Dios ha puesto su cuerpo a funcionar y no hay mucho que pueda hacer en cuanto a eso. Él también tiene un control mínimo sobre sus funciones corporales diarias. Sus riñones, vesícula, intestinos, corazón, hígado, pulmones, etc., funcionan independientemente de su voluntad.
Sería ridículo decir que el hombre controla su futuro cuando tiene tantos problemas en predecir el comportamiento de la bolsa de valores, los resultados políticos, los terremotos e incluso el tiempo atmosférico, ni mucho menos el tener control sobre estas cosas.